febrero 18, 2008

Una rosa es una rosa es una rosa 1


El individuo con respecto a la creación, ha sido uno de los temas más viciados dentro del Arte. Es totalmente claro que las obras de arte que se han creado en soledad superan por mucho a obras “innovadoras” que se han creado en conjunto. Basta leer que Bolaño y A. G. Porta, en una sola tarde, desistieron no solamente de escribir una novela policíaca, sino también de escribirla juntos. Se le agradece a Porta no haber insistido en la creación en pareja. Es cierto que el Arte sin público no es nada, porque las obras de los artistas (esto debería ser el 0.01% de sus preocupaciones) están dirigidas a un público. ¿Pero a qué clase de público? Pienso que al público que el autor escoja, y en el caso de los grandes artistas, que lea el que quiera y al que no le gusta, pues qué pena. “En sí misma, toda idea es neutra o debería serlo; pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus demencias; impura, transformada en creencia, se inserta en el tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la lógica a la epilepsia se ha consumado... Así nacen las ideologías, las doctrinas y las farsas sangrientas”. Estas son palabras de Cioran, que explican mucho de la verdadera posición de la obra de Arte. ¿Cuál es el maldito empeño de evangelizar a los demás? ¿Cuál es el empeño de querer que los demás piensen como yo lo hago? Las personas que buscan imponer sus ideas deberían ocupar el lugar de muchos niños en las calles que son torturados y que mueren de hambre y de sed. Por eso el Arte es hermoso, porque deja la puerta abierta (una de tantas puertas que hay abiertas en el mundo) para que cualquier persona que desee, ingrese, y si se decepciona, salga. Lastimosamente hay sujetos que dentro de esta puerta, en lugar de caminar y correr y maravillarse y sufrir y llorar y gritar y tener orgasmos, se detienen y colocan su carpa e intentan introducir dentro de ella a todas las personas que pueden. Tampoco se puede decir que el Arte es como la televisión, que es solamente para mirar y mirar sin pensar. Falso. Para ingresar por la puerta del Arte son necesarios: disciplina, esfuerzo, sacrificio, lágrimas, sobre todo esto, lágrimas, y saber que un está a punto de saltar a un abismo. Todo esto para poder cruzar realmente la puerta del Arte. Lastimosamente muchas personas valiosas se han quedado en la carpa de algún imbécil.

1 comentario:

taita pendejadas dijo...

Conmovedor, por decir lo menos... Son cosas como estas las que renuevan mi propio compromiso con lo artístico. Quisiera colgar esta entrada en mi blog con su nombre, claro...

Cual Crees que es el mejor poeta de todos los tiempos

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